Cómo afectan las pantallas
La mayoría de los estudios coinciden en respaldar y dar soporte empírico a las recomendaciones enunciadas por la Asociación Americana de Pediatría, según las cuales los niños menores de dos años no deberían tener ninguna exposición a pantallas y los mayores de esta edad deberían verla limitada a dos horas diarias.
La mayor parte de estudios alertan sobre los efectos negativos que puede tener para la salud a diferentes niveles una sobreexposición a pantallas (televisión, móvil, tablets, etc.) En el mejor de los casos, y siempre que se respete el tiempo máximo de exposición, la visión de programas educativos adecuados a la edad del niño o el uso de aplicaciones educativas parece no tener efecto negativo o incluso mostrar cierto efecto beneficioso, pero éste no es superior al que se puede experimentar mediante otros materiales educativos o mediante la experimentación directa con el entorno.
El exceso de exposición a pantallas ocupa un tiempo que, de otro modo, podría haber sido empleado en la solución de problemas, lectura, deporte, desarrollo de aficiones o tiempo de interacción con familia y
amigos, actividades al aire libre o en contacto con la naturaleza, etc. Para Hammermeister y cols (2005) el poco tiempo empleado en la interacción social con iguales puede ser el causante de la asociación que existe entre el exceso de televisión y personalidades más tímidas, solitarias y depresivas, en comparación con las personas que no ven televisión o lo hacen de un modo más moderado (siguiendo las recomendaciones de la AAP). Si habláramos en términos económicos diríamos que la exposición a pantallas tiene un elevado coste de oportunidad: la no implicación en otras alternativas que pueden tener unos claros beneficios a nivel psicosocial.
La tecnología no es mala. No lo es la televisión, ni los móviles, ni los tablets, ni los coches. Sólo hay que tener en cuenta a quién va dirigido y regular de un modo consciente su uso. Los coches no son malos, pero no permitimos a los niños conducir, y siempre será más recomendable ir a por el pan andando que hacerlo en coche. No por ello los coches son malos, pero un mal uso de ellos puede tener unas implicaciones muy negativas para la salud.
Los niños conocen el mundo a través de sus padres. Las pantallas les desconectan, hacen que no exista el niño durante un rato. Es cómodo, pero tiene un coste que se traduce en menos oportunidades de interacción y de aprendizaje. Por ese mismo motivo debemos limitar también el uso de estos dispositivos personales delante de ellos: porque del mismo modo estamos reduciendo la cantidad y calidad de la interacción con ellos, lo cual tendrá consecuencias para su desarrollo.
Todas las familias deberían estar formadas (y no solamente informadas) respecto a esta realidad y por ello les sugiero que entren en el documento completo que a continuación les enlazo desde aquí.
A grandes rasgos, encontramos que el exceso de exposición a la televisión ha sido asociado con una amplia variedad de efectos negativos sobre la salud. Estos efectos van desde un incremento en la violencia y conductas agresivas (Strasburger, 1993), imágenes sexuales distorsionadas (Huston, Wartella, & Donnerstein, 1998; Strasburger, 1993), problemas de imagen corporal y autoconcepto (Harrison & Cantor, 1997), obesidad o problemas nutricionales (Deitz & Gortmaker, 1985; Obarzanek et al., 1994; Page, Hammermeister, Scanlan & Allen, 1996; Tucker, 1986; Tucker & Bragwell, 1991; Tucker & Friedman, 1989; Williams, Sallis, Calfas, & Burke, 1999).
Les sugiero que vean con detenimiento las diferencias obvias de los ejemplos comparando dibujos de niños de 5 a 6 años que ven la TV un máximo de 60 minutos diarios frente a aquellos de niños que ven la TV más de tres horas:
Empecemos con una obviedad, pero que respalda la posición de la AAP respecto a no tener televisión en el dormitorio de los niños: este estudio de 2015 muestra que aquellos niños diagnosticados de TDAH que tienen televisión en su dormitorio ven más la televisión que aquellos que no disponen de ella en sus dormitorios, en concreto, unos 25 minutos diarios adicionales, y tienen un 32% más de probabilidad de ver la televisión durante más de dos horas diarias.
Smartphones, diez puntos sobre el peligro que entrañan
1. Hecho para enganchar
Estamos enganchados al móvil La fórmula para captar esa atención es motivar facilitando alguna tarea y utilizar disparadores del comportamiento que refuercen el hábito, como los likes, retuits, comentarios, etc. Para esto los fabricantes de móviles cuentan con psicólogos y antropólogos que recorren el mundo observando comportamientos para ir evolucionando el producto.
2. Crea adicción
Debido a lo anterior, un peligroso riesgo es que el uso indebido del Smartphone crea adicción, y la dificultad estriba en cómo conseguir limitar el exagerado tiempo que se dedica a su uso.
El sentido común dice que se hace un mal uso del móvil cuando causa problemas a la persona, perjudica su relación de pareja o familiar o su sueño, su trabajo o los buenos resultados académicos… Lo importante es ser conscientes de cuándo se da ese daño.
3. Generador de ansiedad
Al mismo tiempo, tres de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años, lo primero que hacen al despertar es consultar el móvil. Si el smartphone no está a mano, si se ha perdido o no funciona, las posibilidades de que se genere un estado de ansiedad en su propietario son muchas. Existe actualmente el miedo a perderse algo si no se mira el móvil.
4. Menor empatía
Se advierte de que el móvil resta intimidad y empatía a la relación humana. Si dos personas quedan y hay un teléfono en la mesa, la charla gira en torno a temas menos importantes, y esas personas sienten menor conexión entre sí.
5. Desconexión familiar
Otro grave riesgo de un mal uso del smartphome es el de una cierta desconexión familiar. De hecho en ocasiones los padres prestan más atención al móvil que a sus propios hijos.
6. Más accidentes
Otra cuestión importante es la incidencia que el fijar la vista en la pantalla del móvil tiene en la posibilidad de que se produzca un accidente. Tanto es así que en algunas ciudades hasta se plantean medidas urbanísticas, por el hecho de que muchas personas andan constantemente mirando su pantalla.
El móvil ha sustituido al alcohol como primer motivo de muerte al volante entre los jóvenes estadounidenses, y las autoridades españolas lo consideran uno de los principales motivos de distracción, que es la primera causa de accidentes.
7. Interfiere en las relaciones de pareja
El uso del móvil favorece la comunicación y, por ejemplo, las relaciones de pareja. Pero, al mismo tiempo, es también un elemento de control sobre la misma. Tanto es así que muchas de esas relaciones empiezan y acaban a causa del Smartphone.
8. Resta espontaneidad
Un nuevo inconveniente que puede derivar en problema es que nos resulta cada vez más difícil mantener una conversación espontánea como son las que se entablan cara a cara. Nos atrae la conversación on line porque podemos prepararnos.
9. Ataques a la intimidad
El uso indebido de este tipo de móviles es también el responsable en ocasiones de ciertos ataques a la intimidad. Los padres estadounidenses, por ejemplo, cuelgan on line unas 1.000 imágenes de cada hijo antes de que cumplan los cinco años, explicaba recientemente la revista Time.
Y añadía que hay redes sociales usadas por menores para colgar selfies sexys. Fotos parecidas a las que pueden colgar sus madres.
10. Falta de concentración
Otra de las cuestiones polémicas acerca del uso del Smartphone es si facilita o provoca en mayor o menor medida la falta de concentración en los estudiantes.
En la sociedad actual se maneja más información que nunca, y usamos la memoria del móvil o la nube como una extensión de la nuestra, para almacenaje, pero en el cerebro seguimos guardando la importante o irreemplazable para nosotros.
Para leer el documento completo descárguelo de aquí.
Además les sugiero las siguientes entradas de artículos y guías anteriores:
Artículos
- Cómo afectan TICs a familias e hijos.
- Menores de edad y conectividad móvil en España: Tablets y Smartphones.
Guías
- Las nuevas tecnologías en niños y adolescentes.
- Adicciones a Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en menores.
Psicólogo Municipal / Neuropsicólogo
Excmo. Ayuntamiento de Albatera. Área de Sanidad