¿Qué sucede cuando ignoramos a los niños?, ¿qué ocurre cuando los niños pasan desapercibidos o son tratados con indiferencia? La indiferencia produce el mayor daño en la persona, aboca al abandono, uno de los sentimientos más desgarradores para el ser humano.
El Dr. Masaru Emoto extrapola con gran acierto un experimento con agua y arroz al mundo infantil a través de un vídeo en el que aparecen tres vasos que contienen arroz y agua en proporciones idénticas. Durante un mes, día tras día, cada vaso recibe diferentes mensajes, el primero de positividad, el segundo de negatividad y el tercero no recibe mensajes, es un vaso indiferente. ¿Qué ocurre? Después de un mes, el primer vaso contiene arroz que ha fermentado y crecido, el segundo vaso contiene arroz convertido en negro y el tercer vaso contiene arroz en mal estado, podrido.
El vídeo demuestra el poder de las palabras en el agua que, extrapolado al ser humano, nos hace visualizar perfectamente cómo afecta el maltrato o sentirnos ignorados a nuestra personalidad. Necesitamos caricias, palabras agradables, para poder vivir. Si hablamos de mantenernos y sobrevivir las caricias son imprescindibles, tanto física como emocionalmente.
Gracias a las caricias nos sentimos vivos y sentimos el mundo que nos rodea, vamos forjando la personalidad que algún día nos caracterizará como adultos. Según la teoría del Análisis Transaccional, «del mismo modo que el hambre o necesidad de alimento es saciada con comida, para subsanar la necesidad de estimulación es necesario, e incluso imprescindible, que la persona sea tocada y reconocida por los demás». A la unidad de contacto o reconocimiento la llamaremos, como Berne: «Caricia» que se define como «cualquier acto que implique el reconocimiento de la presencia de otro» o dicho de otro modo, es cualquier estímulo social dirigido de un ser vivo a otro y que reconoce la existencia de este.
Además del experimento del cultivo de arroz, el Dr. Masaru nos brinda la oportunidad de conocer la relación de las personas con el agua (energía única de la naturaleza) con un interesante trasfondo educativo.
En este destaca la importancia de las palabras: «El agua quiere decirnos algo, salta y salpica, quiere llamar la atención como un niño que quiere decirnos algo». Igual que las personas, en su aventura vital el agua se transforma en su huella y desde esa huella nos habla.
¿Qué ocurre cuando los niños son tratados de forma indiferente?, ¿qué sucede con los niños que se encuentran con adultos cuyo compromiso educativo es bajo?, ¿qué actitudes y/o conductas desarrollan? Aquí tenemos algunos consecuencias: El Dr. Masaru analizó muchas muestras de agua procedentes de diferentes lugares tanto de la naturaleza como de zonas industriales; cuanto más cerca estaba de la naturaleza más alegres y puros eran sus mensajes y más bonitas sus manifestaciones… Si las palabras y el cuidado son importantes para el agua, ¿cómo no van a ser importantes para los niños?
¿Qué ocurre cuando los niños reciben maltrato verbal o caricias negativas? ¿Qué actitudes y/o conductas desarrollan? Podemos destacar las siguientes según Unicef en su guía El Maltrato deja huella:
- Baja autoestima.
- Obediencia nula a normas elementales.
- Baja empatía y poca tolerancia a la frustración.
- Baja sensibilidad emocional ante las necesidades de los otros.
- Excesiva vulnerabilidad a los conflictos personales y sociales.
- Extrema falta de confianza en sí mismo.
- Exagerada necesidad de ganar o sobresalir.
- Demandas excesivas de atención.
- Mucha agresividad o pasividad frente a otros niños.
- Conductas extremadamente adaptativas (demasiado adultas) o conductas demasiado infantiles y estereotipadas (mecerse constantemente, chuparse el dedo).
- Con el paso de los años, la necesidad de contacto físico cambia y se transforma en necesidad de reconocimientos verbales (elogios, palabras positivas, asentimientos, aprobaciones…) y gestuales (sonrisas, miradas cómplices de positividad…) El chico se siente aceptado y sabe que se valoran sus aspectos positivos, si educamos desde el amor y la asertividad todo es más fácil, tanto para ellos como para nosotros, padres y/o maestros.
Dr. José Pedro Alfonso Pérez
Psicólogo Municipal / Neuropsicólogo