Una situación de confinamiento puede crear síntomas diversos en
niños y adultos. Uno de ellos es la ansiedad, nerviosismo o tristeza.
De hecho, durante las últimos días he tratado muchos de los síntomas de
ansiedad. Yo mismo advertí de medidas que podemos tomar para que nuestros hijos no experimenten ansiedad, estrés o tristeza con la llegada del covid-19 y aislamiento.
Pero llega el momento en el que a pesar de todos los consejos, de seguir todas las pautas resulta que notas a tu hijo decaído, apático o claramente tristón. ¿Cómo actuar? A continuación les apunto algunas ideas que creo pueden ayudar mucho si alguno de tus hijos pequeños muestra síntomas de tristeza.
- No tengas miedo a las emociones.
Los adultos solemos tener miedo a las emociones. Nos asusta quedarnos anclados en las emociones negativas y por eso evitamos llorar, sentirnos tristes o vernos sin ilusión. Sin embargo, eso nos pasa porque nadie nos enseñó que las emociones no duran para siempre. No tengáis miedo a la tristeza o la apatía. Muchas veces son emociones muy saludables que ayudan al niño a descansar, a reconectar
consigo mismo o reducir el estrés. Al niño le va ayudar que seáis capaces de tomarlo con perspectiva y mantengáis la calma.
- No le obligues a estar contento.
El niño que está triste necesita estarlo. No le obligues a estar contento o animado cuando su organismo le pide que se recoja a sí mismo o descanse. Puedes ser amable o hacerle alguna broma, pero es muy importante que les des tiempo y espacio para sentir lo que necesita sentir.
- Escúchale.
Los niños pequeños pueden expresarse de muchas formas. Pueden mostrarse enfadados, pegarse a tu pierna y…a partir de los dos años pueden hablar. Busca un momento para hablar los dos solos. Pregúntale si está asustado, si está nervioso, si está cansado o si tiene pena. El niño tiene que sentir que tiene “permiso” para mostrar su
verdadera emoción. Asegúrate de estar a la altura de sus ojos y mantener una actitud calmada y abierta. Si el niño te dice que está triste, dale un buen abrazo y explícale que todos nos sentimos tristes de vez en cuando. El sólo hecho de hacer esto puede ser capaz de deshacer gran parte del nudo emocional que siente.perspectiva y mantengáis la calma.
- Busca momentos de conexión.
Pocas cosas ayudan más a los niños a volver a ganar la confianza que pasar tiempo a solas con su papá o con su mamá. Busca algún rato para pasarlo juntos los dos solitos. Podéis ver una película juntos, hacer un Puzzle los dos solos o bañaros juntitos. Cada minuto que le dediques en exclusiva es un chute de confianza.
Hablar con el niño preguntarle como se siente y ofrecerle momentos de atención exclusiva van a ayudar a darle seguridad.
- Mucho afecto.
El afecto físico, los abrazos, los besos, el hacernos cosquillas, sentarlo sobre tus rodillas para leerle el cuento o para cenar van a ayudarle a sentirse atendido.
Sentir tus brazos y tu afecto físico van a ayudarle a reducir sus niveles de cortisol (hormona del estrés) y subir sus niveles de oxitocina, una hormona que nos ayuda a sentirnos más relajados y conectados con nuestros seres queridos, lo que nos ayuda a sentirnos relajados.
- Colechad
Algunas familias practican el colecho a diario. Otras lo practican de vez en cuando y otras no lo practican nunca. Sin lugar a dudas esta puede ser una buena ocasión para hacer un hueco a tus hijos en tu cama. Compartir cama con los niños es una forma genial de ayudar al niño a reconectar con edades más tempranas en las que se sentía más tranquilo y seguro.