10 cosas importantes que podemos hacer con nuestro hijo (de 3 a 6 años) durante una cuarentena

Lo más importante que podemos hacer por su cerebro es mantener un clima tranquilo y ser capaz de educar en las pequeñas cosas de cada día sin perder los nervios.

  1. Amplía su vocabulario
    Uno de las tareas más importantes para el cerebro de un niño de 3 años consiste en ampliar su vocabulario. A lo largo de esta edad los niños suelen estar expuestos en la escuela a un sin fin de
    palabras distintas que los profes introducen con las clases, pero también gracias a sus nuevos compañeros que traen todo tipo de vocabulario a clase. Puedes hacer muchas cosas para expandir su
    vocabulario.

Habla mucho con ellos.

Explícale lo que haces (por ejemplo mientras cocinas o trabajas) y con qué
lo haces (con la sartén, con el teclado del ordenador). Otra manera genial de ayudarles a expandir su vocabulario es leerles muchos cuentos. A esta edad realmente deberíamos hacer un esfuerzo por leerles al menos un cuento cada día, aunque lo ideal sería leer un cuento por la mañana, otro por
la tarde, y otro por la noche.

  1. Estructura su memoria y lenguaje
    El cerebro de un niño de tres años comienza a ser capaz de recordar información y de organizar su lenguaje de una forma ordenada. Habla con ellos del día de forma ordenada. Por ejemplo, si hablamos de la mañana, explícales que primero vamos a desayunar, luego vamos a jugar un rato con mamá o papá, y luego tiene que jugar solo porque tenemos que trabajar. Este tipo de explicaciones con 3 elementos (la misma edad del niño) les ayuda a organizar el lenguaje. Para organizar la memoria podemos hablar de cosas que ya han ocurrido. Siéntate con ellos a ver los dibujos y habla con ellos de lo que han visto. Les ayudará a organizar su lenguaje y memoria. Pregúntales si se acuerdan de lo que comieron al medio día o qué puzzle hicimos juntos el día anterior.
  1. Dale trabajos
    Los niños de 3 años a 8 adoran realizar tareas y recados. Con esta edad suelen ser capaces de encadenar dos recados seguidos sin que tengamos que repetirle la instrucción, así que podemos encadenar órdenes, como por ejemplo, guarda el dinosaurio y lleva tus zapatillas al cuarto.
    Más allá de seguir órdenes los niños de esta edad están más que dispuestos a ayudar en pequeñas cosas de la casa, como cuando les pedimos que nos ayuden a batir un huevo, que lleven las servilletas a la mesa o que pongamos los cojines en su sitio.
    Esto les va a permitir desarrollar su capacidad de comprensión, su capacidad para trabajar con información mentalmente y también les ayudará a desarrollar sentimiento de competencia.
    Los 3 años son una edad muy importante en el desarrollo emocional.
  1. Jugad a imitar.
    Los 3 años son una edad clave en el desarrollo de algunas zonas del cerebro en las que el niño aprende a entrar en contacto con los demás. Los niños a esta edad comienzan a entender emociones, comienzan a entender qué piensan los demás y tienen un deseo de conectar. Pero para que todo esto ocurra deben ser capaces de entender las expresiones faciales de los demás y la mejor forma de conseguirlo es imitando las expresiones de los padres o hermanos para así interpretarlas desde su punto de vista. Dicho con otras palabras. Cuando un niño imita la cara triste de su padre, entiende su tristeza, y cuando un niño imita la cara de enfado de su mamá, entiende el enfado. Por eso, durante esta edad, jugar a imitar las caras, los gestos corporales y el tono de voz, es tan divertido para los niños y tan importante para su desarrollo.
  1. Pon nombre a las emociones
    El juego que te acabo de explicar es genial.
    Pero, si además comenzamos a explicar a los niños los nombres de las emociones estaremos dándole un superpoder.
    La capacidad de poner palabras a los sentimientos es algo que les permitirá procesar o digerir mejor tanto sus emociones como las de los demás.
  1. Enséñale los turnos
    Como ves, los 3 años es la edad en la que lo social comienza a ser importante por lo que conocer la diferencia entre “mío” y “tuyo” y saber esperar el turno son habilidades esenciales. La capacidad de diferencias “lo suyo” de “lo de los demás”, puede sonar algo “capitalista” pero le va a permitir ser capaz de respetar las cosas de
    otros niños y también desarrollar su asertividad, su capacidad de hacer valer sus derechos cuando sea necesario.
    Podéis jugar con distintos juguetes, objetos caseros como un collar o un cepillo de dientes y simplemente preguntarle ¿esto es mío o es tuyo?. Los turnos son mucho más importantes y difíciles de aprender, pero le van a permitir cultivar el autocontrol y la paciencia, lo que le irá ayudando a superar las rabietas.
  1. Juega con sus manos
    Los 3 años son la edad en la que las manos comienzan a desarrollar tanto la destreza como la fuerza que le permitirán más adelante hacer cosas tan difíciles como sujetar un lápiz, escribir en un teclado o chascar los dedos. Es una edad ideal para que los niños jueguen con plastilina, que les enseñemos a abrir y cerrar todo tipo de tarros
    de cocina y botes ya que les ayudará a desarrollar fuerza en sus pequeñas manos.
    También es una edad en la que el cerebro aprende a utilizar las manos con delicadeza por lo que podemos jugar a hacer torres de construcciones (por encima de 6 alturas) y abrir todo tipo de cajas con cuidado.
  1. Le permitimos correr y saltar.
    Estar en casa todo el día no es lo mejor para el desarrollo motriz del niño, pero esta es una edad en la que el niño posiblemente busque sus propios retos. A esta edad los niños utilizan el parque para aprender a trepar, sortear obstáculos y correr sin caerse.
    Trepar al sofá, subirse a una silla, saltar sobre una cama o corretear por la casa son actividades muy positivas para el desarrollo motriz del niño. Relaja las normas y dale permiso para desarrollar sus capacidades, incluso puedes organizar carreras de obstáculos, persecuciones por la casa o incluso tirar unos cojines al suelo o un colchón y jugar a andar sobre terreno movedizo!
    Con 3 años y hasta los 6, empiezan a ser capaces y disfrutar de hacer las cosas de forma autónoma, aunque a veces requiere un entrenamiento por parte de los padres, aunque puede costar un poco convencerles de ello…
  1. Puede entretenerse solito
    Algunos niños disfrutan jugando solos desde pequeños, pero otros necesitan aprender. A los tres años deben ser capaces de separarse un poquito de papá y mamá, y si quiere estar todo el rato pegado, explícale que tienes que preparar la comida.
    Con calma y firmeza, y explicándonos con naturalidad, el niño debería ser capaz de estar solo por pequeños ratos. Este periodo de cuarentena puede ser ideal para que lo consigan.
  1. Le enseñamos a vestirse y desvestirse sin ayuda
    Dentro del desarrollo de la autonomía el tiempo que pasamos en casa con el niño puede ser una ocasión genial para ser capaces de aprender a vestirnos y desvestirnos solitos. Siempre es recomendable empezar con el desvestido. El ponerse la ropa es algo
    más difícil y al principio requerirá ayuda con muchas de las prendas de vestir.
    Saber orientar la camiseta o los pantalones no es tarea fácil, y por eso es bueno que tengan una ayuda verbal. Algunas prendas como los calcetines o los zapatos pueden ser realmente difíciles y requerirán de más ayuda, tiempo y paciencia, pero todo ello es una actividad genial para trabajar las secuencias mentales, la capacidad visuoespacial y las habilidades psicomotrices además de la confianza y autonomía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.