No se cómo ayudarle y ayudarme a mí misma
Consulta
Hola, tengo un niño de 3 años y cuando se enfada (que ahora es bastante a menudo), nos dice palabrotas. Le digo que si está enfadado me lo diga o que descargue su rabia llorando o pegando en el suelo (he leído mucho vuestros consejos, me encantan); que esas palabras no sientan bien a los demás, etc., pero nada. No se cómo ayudarle y ayudarme a mí misma, porque a veces me pongo muy nerviosa. Muchas gracias por vuestra ayuda.
Nuestra respuesta:
Hola: estás orientando muy bien a tu hijo. Le estás permitiendo exprese su enfado sin juzgarlo y le estas dando diferentes herramientas para que lo haga como llorar, patalear o hablarlo contigo.
Pero ahora tu hijo está probando con una nueva estrategia reafirmar su poder, su entidad y su personalidad. Y lo único que te falta es tomar más conciencia que este aprendizaje necesita tiempo.
Sin reñir ni castigar
A menudo la solución visceral ante las palabrotas o insultos consiste en adoptar una actitud severa, advertirle, amenazarle, dictar órdenes y reñirle. A veces da resultado, aunque a largo plazo siempre es contraproducente, pues lo que acabas enseñando al niño es que tú tienes más poder que él y te acaba obedeciendo por miedo.
La norma en la familia
Además de permitirle expresar su enfado, enséñale la norma.
Explícale que en vuestra familia hay una norma importante a cumplir: en nuestra familia no insultamos a nadie ni usamos palabrotas.
Y le puedes ampliar el mensaje explicándole muy brevemente que “usar insultos es ofensivo y nosotros en casa no los usamos. Yo no hablo así a papá ni el me habla así, porque son palabras que hacen daño y en esta casa nos tratamos con respeto”.
Por supuesto, que para que sirva esta norma, debéis ser un buen ejemplo.
Dale opciones
Si estas enfadado puedes chillar o me lo puedes explicar con palabras: no me gusta esto, déjame que me molestas, esto no lo quiero, estoy de mal humor, etc… O con expresiones como: ¡ jo, vaya, anda, caramba, ahg, brrr!” pero no uses palabrotas.
No cedas a la provocación
Explícaselo sin enfadarte ni alterarte, pues cuanto más nerviosa te pongas más le costará a tu hijo parar, ya que en el fondo lo que está haciendo es provocarte para probar sus fuerzas y medirse contigo.
Pero si no te alteras, aprenderá una buena actitud y un buen valor que lo sabrá usar por si solo más adelante
Sé como un disco rayado
Respóndele sin exaltación, siendo repetitiva. Dile lo mismo que antes tantas veces como sea necesario.
Después de oírlo tres o cuatro veces es posible que capte el mensaje, además de otro: que no conseguirá sacarte de tus casillas y no conseguirá nada de ti si usa insultos.
Y si sigue…
Puede que pese a la norma, la repetición y a tu tranquila actitud tu hijo siga insistiendo. No te sorprenda, pues desde su punto de vista es un reto muy atractivo. Así es, infringir normas suele ser un gusto de los niños de 2 a 4 años pues les permite probar su poder.
Ignóralo
Como siempre digo, los niños aprenden de nuestras respuestas. Así que llegados este punto tu respuesta debe ser la indiferencia. Deja de prestarle atención, de hablar con él, no le respondas a ninguna pregunta.
Centra tu atención en otra cosa, ponte a mirar a tu alrededor como si buscases algo, incluso ponte a hablar por teléfono con alguien (o lo haces ver). Lo que sea, menos prestarle atención.
Así le demuestras que has perdido interés en su comportamiento y es probable que él también pierda interés en usar las palabrotas (al menos en ese momento).
Tiempo y repetición
Cuando los niños oyen palabrotas, insultos (de la calle, TV, otro niños…), quieren probar qué pasa si ellos también las dicen, saber qué consiguen, qué no consiguen y cómo reaccionan los adultos.
Con vuestra actitud serena, mensaje repetitivo, norma clara y la no censura de su expresión emocional (enfado, la rabia) vuestro hijo aprenderá un buen valor educativo. Pero no lo hará ni en tres semanas ni en cuatro meses.
Paseo del Calvario, nº 59. Tfno: 664.377.268 upcalbatera@gmail.com